domingo, 19 de abril de 2009

¿IDENTIDAD O FILOSOFIA MEXICANA?


La identidad mexicana
Anabel Ramìrez H.
Actualizada: 06/04/2006
He aquì un anàlisis de còmo viven los mexicanos...
La identidad mexicana
México es un país enorme. Hablar de identidad sería hablar de aspectos relativamente complicados pero a la vez fascinantes, ya que somos un gran platillo con varios ingredientes que compartimos al mundo entero.
México es un lugar místico, lleno de magia e ilusiones en donde las huellas de la historia aún son perceptibles bajo el ardiente sol de sus pueblos antiguos. Ser mexicano es una condición con la que se nace, pues no se puede sólo adquirirla. Estamos llenos de historia, cultura, tradiciones y muchas otras cosas más que forman nuestra identidad, única en el mundo entero porque nadie se nos compara.
Podemos observar a nuestra gente detenidamente, a nuestros viejos, nuestros niños, adultos e incluso a nuestros enfermos, pues cada uno de ellos tiene dentro de sí un alma, un corazón que late al compás de nuestro México, orgullo de varios siglos que nos identifica. Somos únicos, irrepetibles y estamos llenos de sorpresas, ya que no somos conformistas. Buscamos respuestas a todo pues no queremos quedarnos con la duda, nos damos aires de grandeza a pesar de no merecerlo, pues nosotros los mexicanos somos apasionados a nuestras culturas y tradiciones y por ningún motivo queremos ser despreciados por quienes nos rodean. Somos piñatas rellenas de costumbres, tradiciones, valores y un mexicanismo que perdurará por siempre a pesar de los obstáculos que se nos presenten.
La identidad mexicana es producto de un horneado de varios siglos. Metafóricamente es un pastel con muchos ingredientes que al probarse son perceptibles y no se puede dejar de comer. La dulce combinación de idioma, religión, costumbres, tradiciones, arte, cultura, etc. Lo hace imposible dejar de comerlo una vez probado. Es un deleite exquisito sin comparación alguna que nos recuerda nuestro legado y nuestras raíces. Somos únicos, irrepetibles e inigualables porque nuestra gente hace la diferencia.
Distintas subculturas forman nuestra cultura, cada una con sus creencias, ideas y reglas. Todas convergen en el punto de nuestras raíces mexicanas como si fueran luces que se juntaran para formar el arcoiris.
Es indiscutible nuestra sed de vida, alegría y felicidad y buscamos pretextos para reflejarla y compartirla. Ejemplo de ello es el día de muertos, el día de la Virgen de Guadalupe o el día de la Candelaria. Cualquier pretexto es bueno para reunirnos y compartir lo mucho o poco que tenemos.
Gran parte de lo que somos ahora se lo debemos a grandes culturas que se asentaron antes que nosotros hace miles de años. Son pueblos que nos dejaron su forma de vida, costumbres, tradiciones y que formaron la base y la estructura de nuestra identidad. Aztecas, Mayas, Mixtecos, Zapotecos, Totonacas y demás pueblos han forjado en gran parte nuestra identidad al ser culturas únicas en el mundo entero y que nos pertenecen. Gracias a ellas nuestro legado es aún mayor.
A pesar de las dificultades y tiempos difíciles por los que hemos pasado hemos salido adelante, salimos triunfantes, y lo que no nos mató nos hizo más fuertes y listos para superar cualquier adversidad como lo que ocurrió en 1982 cuando hubo una crisis económica en tiempos del Pdte. López Portillo en la cual hubo escasez de dinero y fuga de capitales al extranjero. Muchos perdieron lo que tenían pero a pesar de eso supimos salir adelante como sólo los mexicanos sabemos hacerlo.
México es un país que se destaca por su inmensa solidaridad al que más lo necesita. Prueba de esto es la ayuda que brindó cuando sucedieron los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, el tsunami en Asia y los desastres ocurridos por distintos huracanes en Cancún y Chiapas. México fue solidario y brindó su ayuda sin pedir nada a cambio, incondicionalmente dando lo que podía a medida de sus posibilidades. Como S.S. Juan Pablo II solía decir: “México siempre fiel”, ahora lo pudimos demostrar con hechos.
En cuanto a avances culturales, México se ha destacado por engendrar a grandes personalidades que trascendieron y formaron parte de nuestra cultura e identidad mexicanas. Por mencionar sólo a algunos en Tv tenemos a Cantinflas, quien con sus películas y su peculiar forma de actuar inventó un término que los mexicanos usamos mucho: cantinflear (decir mucho pero a la vez no decir nada), Capulina, Tin tan entre otros. En la música están Alberto Vázquez, Rocío Dúrcal, Angélica María, etc. Grandes personalidades que hacen historia en nuestra identidad. En la literatura tenemos grandes exponentes como José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y por supuesto Octavio Paz, protagonista central en los años setenta y ochenta. Octavio Paz escribió un libro que habla también de la identidad del mexicano, llamado éste “El laberinto de la soledad”, en el que hace un análisis exhaustivo de los mexicanos.
Otro aspecto que ha contribuido a formar nuestra identidad es la religión; una religión que hemos profesado ferviente y devotamente a lo largo de varios siglos. La religión católica siempre será nuestra aliada hasta la muerte.
Pero hablando de religión, en 1979 por primera vez en la historia un Papa visitó México: se trata de S.S. Juan Pablo II, quien llegó el 26 de enero para deleite de todos los mexicanos. Gracias a él nuestra fe se endureció y acrecentó por sus distintas enseñanzas y su personalidad tan encantadora. México es otro desde su primer visita, ahora somos más centrados, más creyentes y católicos y eso nunca nadie nos lo podrá quitar.
En resumen, México es un país con una gran diversidad cultural, una monumental historia, legado de varios siglos. Somos una mezcla de todo un poco. Hemos tenido problemas que supimos superar y adversidades que casi nos destruyen, sin embargo nuestra condición de mexicanos nos hizo salir a flote para atracar en tierra firme sanos y salvos. Nada ni nadie podrá quitarnos lo que por derecho nos pertenece: el corazón mexicano que late en cada uno de nosotros y que lo seguirá haciendo hasta el último de nuestros días. Viviremos y moriremos orgullosos de ser mexicanos, dándole gracias a Dios por habernos dado un regalo tan grande.